Solo el conocimiento de las verdades puede salvarnos.
Quien duda, pregunta, investiga, busca las verdades en la actual sociedad de la post-verdad, post-cultura, post-inteligencias es liquidado como conspiracionista. Para llegar a la verdad en situaciones como esta del corovavirus, hay que ir detrás de la pista del dinero y de las maquinaciones de los poderosos, de los que rigen las grandes multinacionales, de los grandes burócratas. No es fácil entender el porqué de esta tragedia mundial, difundir tanto terror que por si mismo enferma, de llegar a un punto que impone bloquear casi todas las actividades y limitar enormemente la libertad individual. Si pensamos a la terrible gripe del 1918 que mató a mas de 50.000.000 de personas, incluso muchísimos niños, la gripe actual es tragedia mucho menor. Pero es erroneo cree que la gripe es enfermedad leve. Conviene prevenirla con uno modo de vida mas sano. Empezando a evitar el trigo, limitar mucho el consumo de lácteos y de carne, evitar del todo azúcar y refrescos. Y mantener el cuerpo fuerte con adecuada actividad fisica y la mente lo mas posible serena.
La pulmonía por infección viral mata cada año mas de 900.000 personas de personas en máxima parte de edad avanzada, fumadoras, debilitadas, enfermas o atiborrada de fármacos y vacunadas. Y esto era aceptado como normal. Cerca de los 75-85 años hay que morir: esto se considera normal, y no lo es, para mi es demasiado pronto para volar hacia las estrellas.
Pero ahora hay que enfrentar una epidemia, hay un virus nuevo y para ahora no sabemos si ha sido creado en laboratorio. Ahora hay que intentar curar todos los infectados y en consecuencia los hospitales de ciudades fuertemente contaminadas o zonas muy industrializada, acaban sin plazas para acoger enfermos. Y siendo el Covid 19 un coronavirus bien fuerte que se difunde con rapidez, la situación sanitaria se ha vuelto tremendamente critica y muchos afectados sucumben, y muchos de los que pasan de los 75 años morirán en sus casas porque no encontrarán plazas en los hospitales. Y puede haberse una verdadera inmensa pandemia.
¿Puede realmente ser una conspiración? Personalmente nutro muy escasa confianza en la industria farmaceutica: mis 30 años de trabajo como terapeuta me han proporcionado datos que me hacen sospechar. Y pongo preguntas, dudo, avanzo hipótesis, busco una verdad difícil de alcanzar. ¿Quienes ganas y quienes pierden en esta situación? Como siempre ganar los ricos y pierden los pobres, ganan los parasitos y pierden lo que trabajan para producir bienes. Mueren muchos mas pobres que ricos. Pero, se dirá, no es posible que hayan difundido un virus que puede afectar a todo el mundo. El glifosato que afecta a todo el mundo es usado en cantidades masivas en casi todo el mundo en la indiferencia general. El aluminio y el bario que miles de aviones cada días rocían el los cielos, afectando a todo el mundo, no preocupa a nadie. Los fármacos son la primera causa de muerte en el mundo y millones de personas tomando fármacos tranquilamente sin preguntarse sobre sus letales efectos que llaman “secundarios”. Fumar afecta a todo el mundo y no se bloquea la producción de tabaco. El Wi-Fi afecta a la salud pero quieren imponer el 5G, poner en orbita miles de satélites para esto y todos tranquillos jugando con los smartphones. Quizás los mandatarios de todo esto saben como defenderse, toman las meditas adecuadas.
Es evidente que gana la industria farmaceutica: con la vacuna tendrá enormes ganancias. Ganan los empresarios que pueden recortad sueldos, despedir, pedir ayuda al Estado. El Estado gana porque mueren enfermos crónicos que acarreaban muchos gastos y ademas habrá muchas menos pensiones que abonar. Quizás se haya considerado que había demasiado ancianos improductivos que mantener. Gana el Estado que puede (en Italia ya es así) embargar bienes, imponer nuevas tasas, tener un control mucho mayor de la población. Quizás han planeado eliminar el dinero en efectivo para así poder controlar y tasar todo: nos dirán que las monedas trasmiten virus. La gente se acostumbra a obedecer, al mal-vivir siempre mas esclavizada, a ir como borregos al matadero sin posibilidad de reaccionar: si lo hace multa y prisión y si lo hace in China puedes acabar frente a un pelotón armados de fusiles.
Esto es lo que veo. Quizás soy un conspiracionista. No se. Pero me alegro que aún hay la posibilidad de poder decir algo, me alegro que los peces hayan vuelto en la laguna de Venecia, los delfines se acercan a las costas, la polución en el aire ha bajado de un 30 por ciento y la delincuencia de un 80 por ciento. En el cielo de Lanzarote hoy no hay aviones rociando venenos. Y está claro que a contaminar no eran los petos de las vacas sino los coches, los aviones, los barcos, las industrias. No es fácil creer que el Covid 19 lo ha cagado o meado un murciélago, porque los murciélagos llevan siglos cagando y meando en todo el mundo, menos que en Antartida. O que haya sido una mordida de murciélago en un laboratorio que investiga sobre virus en Wuhan: no creo que los chinos son tan tontos. Ademas ni creo que los muertos en China hayan sido tan pocos.
Me alegraría un “cambio de actitud en la visión científica de los fenómenos naturales, pero sobre todo en actuar con prudencia y respeto ante fenómenos que la Ciencia se ha lanzado a manipular antes de comprenderlos realmente” y estas últimas son palabras del biólogo Maximo Sándin. Una ciencia con ética que rechace colaborar con militares en programas de guerra bacteriológica. Me alegraría si se esfumaría el amor para la guerra que ha marcado 4.000 año de historia, ma esto es poco probable que pasará: imaginarlo es una hermosa utopia.
Me alegrará si alguien comprenderá todo esto y cambiará su manera anti-ecologica de existir. Espero que esta crisis despierte a muchos, que haya un post-coronavirus con un cambio de conciencia. Esta pausa es un bendición por los inteligentes y una tortura por los deficientes. Una pausa para apagar la televisión y encender la mente. Y meditar sobre los verdaderos valores esenciales de la vida: cuidarse, cuidar, postura ecologia, respeto, verdadero amor. Que despierte un amor hacia la naturaleza, sin ella estamos perdidos.
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